Con Gonzalo va mi alma, que es mi trabajo. El le dirá las cosas que quemarían el papel; él mis fatigas; él mis dolores; él, -y esto sólo a Vd. y Roloff. Poyo y Teodoro, y Gato y Loynaz -que he emprendido nueva ruta. Cuba no puede aguardar más. Voy de un aliento. Vuelvo enseguida. ¡Y cuán fácil, y seguro, iba a ser lo de Vd.! Y volverá a serlo.-Por ahora, a lo de ahora.-Gonzalo lleva dos objetos. Uno es que en los días que pase ahí, que muy pocos pueden ser, se le reúna la emigración convencida de hoy, y de prueba hablada y escrita, y acaso de obra: -¡ojalá que inmediata! -de la fe que la anima, y se bien que la anima, después de la salvación poco menos que milagrosa, si no hubiera sido muy premeditada en mis angustias, de lo más de la empresa, que va Vd. a saber bien ahora cómo se interrumpió. Y otro objeto, cuya urgencia ni a Vd. ni a Teodoro, que pueden ayudarlo -(caso de fallo popular, no temible en cosa menor) -quiero ocultar. Para lo que voy a hacer, requiero por cable inmediata y corta ayuda. -A Gato nobilísimo, ni una palabra más le he de decir: ¿que más de lo que ha hecho?: pero quiero que conozca a Gonzalo, y vea de cerca con que almas contamos.-Que sería desdicha grande, que no espero, el dejar de tener a tiempo lo que del viaje de Gonzalo requiero, -que se trata de algo sumo, que demanda desde el primer instante hecho total visible, y no admite espera, -debo decirlo, para que de un modo ú otro, se haga lo que no puede dejarse de hacer.
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A la Habana han de ir, aparte de eso, o combinado con eso, $400 para Juan Gualberto. Se los aviso. Para eso, antes de la labor repentina que me muda el plan,-pedí lo de la lotería, y colecta. Se en lo que estamos, y ha de ir. Con Gonzalo vea eso, que creo podrá ser de lo que Vd. ya haya cobrado, y un poco más de la lotería.
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