Ya ve el cable que hoy le puse. Algo habrá hecho. Sé nuestra alma de hoy, y cuanto puede surgir de ella, pero estoy atado, y para lo que se ha de hacer en seguida, decisivo y esencial, -las pequeñeces más cercanas, ya que lo grande no anda siempre a mano, me son más que indispensables. -Debo tener dentro de tres días en el puño lo preciso para, de un golpe inmediato de la cabeza, echarlo todo a movimiento. -No lo veré ahora. No puede ser. Placer menos; pero el tiempo vuela. Lo que yo iba a hacer, se hará. Siento alrededor cariño justo. Ande yo por donde ande, Vds. enséñense compactos y háganse oír del país. Si quieren reponer lo perdido, repónganlo, que es justo, y harto se recobró. -Pero ni eso es tan interesante como lo que voy a hacer. -Y para eso, necesito tener cuanto pueda en el puño. -Cuba, disciplinada, y con más fé. Las emigraciones por acá, mejor que nunca. Si nada pudo enviar hasta el recibo de esta carta, alce en la noche cuantos cientos pueda, y por la noche avise el giro, el viernes mismo por la noche, o sábado, al rayar, a G. de Quesada, -349 W. 46 St. -El sábado antes de las doce necesito tenerlo todo:-cuente los trámites aquí. -Ya le escribo más: ahora no. ¿Y todos? ¿Y Poyo querido? ¿Y Raimundo?
|