Damisela Carta de José Martí a Gonzalo de Quesada y Benjamín Guerra del 26 de Abril de 1895.

Carta de José Martí a Gonzalo de Quesada y Benjamín Guerra. Bandera de Cuba.

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José Martí
Gonzalo de Quesada y Benjamín Guerra
Cartas de José Martí

José Martí envió esta carta a Gonzalo de Quesada y Benjamín Guerra desde los campos de Cuba, fue escrita en el campamento de Iguanabo.




(Cerca de Guantánamo) 26 de Abril (1895)


Gonzalo y Benjamín:


En breve espacio, y al pie del caballo mensajero, he de decirles lo que más importa, desde mi carta del 15, en los montes de Baracoa, que espero hayan recibido: no así, por lo q. ya sé, otra de allá, dos días más tarde, q. llevaba un saludo a la emigración, y una carta a Fermín, q. acaso ande por otros rumbos, y debiera caer por el suyo de Baracoa. Lo definitivo e imperante es esto: armas y pronto, es lo único que aquí se necesita: ¿que hacen los hermanos? ¿que vía han abierto? Las remesas se pierden si no vienen con custodia suficiente, poca y escogida, y gente del lugar a donde se caiga: o si no traen un practico que al llegar, por lado más o lado menos, no se interne a buscar auxilio, mientras la poca y escogida fuerza de custodia permanece oculta con provisiones suficientes. Estamos a lo dicho: ahora preparo -con $2,500 lo pueden hacer, y acaso reciban $1,000 de Svu- una entrada por la comarca de Baracoa, si puedo enviarles practico. En goleta, si la tenernos: en el plan de Hatton, aun sin el practico etc., siempre que venga con la gente, de mi escolta y la de Guerrillas de Maceo, que son de la tierra. -López etc., -esperando con ansia y fe en su comarca. Ahí podía venir F. No manden nada más que armas, y parque. Para esto, $150. Y con la fuerza de eso, salta toda la comarca impaciente. ¡Que inquietud, no saber lo que hacen, ni con lo que cuentan! Recuerden: a goleta propia, bien consignada, a Barbes en Inagua, y de ahí, -luego de enviar algo aparente pª él, en carga disfrazada para algún punto q. exija paso franco por el lado sur, y vaciar carga y custodios y practico etc., de una picada- o lo que se pueda arreglar con Hatton, y acaso con el del Nordstrand, o el del q. trajo a Maceo, q. ha debido ir a verles. De este último fueron muchas las penalidades y perdidas, y sufro al oír decir que fue porque no llegaron, como dicen que pudieron, las armas pedidas a Vd. por vía segura: ¿que fue hermano? En suma, voy condensado métodos, y ahora sólo indico. La campaña inmediata de ordenación parece q. será realizada sin tropiezo, y de modo viable y satisfactorio. Después de 13 días de avance riesgoso de los 6 hombres, cuyo arribo feliz y primer salvación conté a Vds. en carta de Baracoa del 15, 13 días bellos y recios, a pie, en las entrañas de los más altos montes de Cuba, descanso en este instante, a la hora del silencio, en el campamento, de más de 300 hombres fuertes, de José Maceo. Y mañana, a camino. No reposo hasta no acabar. Al salir de los montes, caímos en brazos de la gente de José, q. iba en su busca. Del monte oíamos el gran tiroteo: afuera, con sus fuerzas bisoñas, José rechazaba a pecho limpio, en camino abierto, a una recia tropa española, que se retiró al pueblo, con 25 heridos y 6 bajas: nosotros, 4 muertos y 4 heridos. No es horrible la sangre del campo de batalla. La gente jubilosa, a caballo y a pie, -allí por 1ª vez montamos,- la gente que a las 12 de la noche anterior había salido a buscarnos, y peleó, sin almorzar, 2 horas reñidas, anduvo 8 horas más, rotos los pies, sonriente el rostro, por entre espinares, por entre cañaverales: En 24 horas, sin comer, 21 leguas y dos horas de combate. Y de ayudantes, al pie de jefes negros, jóvenes armados de lo mejor de Sgo. de Cuba. ¿Pintaré el orgullo que rebosa en mis ojos, la calma y fe de estas fuerzas, su seguridad de la victoria? Los veteranos confiesan todos q. jamás recibieron del país ayuda semejante, -q. esto es más paseo que conquista, en cuanto a provisiones y afectos,- q. con armas a tiempo, arrollarían, como ya hoy rechazan triunfantes, a la tropa escasa, y de peca voluntad. Hay 8,000 hombres en el campo, bien armados en su mayoría. Y el alma es pura, impetuosa, alegre, alma de marcha. Esta vez, la guerra no se acorrala, Y siempre nos dará tiempo sobrado, y crédito sobrado, a traerle lo que ella necesita, si antes no se lo gana, como hace. Todo aquí, cogido a combate al enemigo: de un copo, al principio, 200 armas: el 21, en San Ramón de las Yaguas, 60, y 16 muertos y más de 30 her. esp:- ns. 1 m. 3 her- ¡ah! y 60 prisioneros españoles.


Sobre ordenación, creo que en plazo muy breve quedará hecho cordialmente lo q. se debe. Y atrás, de un grito unánime, toda tentativa de componenda. Quien la traiga, se acaba.


Mausers, -y ya tenemos muchos,- sólo alcanzaron pª 5 batallones, y sólo 50,000 tiros. Los quintos y oficialidad menor, republicana y reacia. M. Campos, aquí, y trajo sólo 700 hombres, casi inútiles.


G. y yo recibidos con gran cariño. Sujeto mi natural, por no parecer solicitante. Pero anoche, luego de 2 días de marcha y vela, a la madrugada, curaba los heridos. Lean mi carta a Carmita.





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Última Revisión: 25 de Septiembre del 2007
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