Damisela Diario de José Martí en Playitas, Cuba.

José Martí - Diario - Playitas. Bandera de Cuba.

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José Martí
Diario en Cuba,
desembarco en Playitas


Comienza el 1895 con el fracaso del Plan de la Fernandina (Enero, Florida) donde tres expediciones simultáneas (tres barcos con armamento) tienen que ser abandonadas.


Martí envía la “Orden de Levantamiento” a Cuba y se traslada a la República Dominicana en compañía de otros cubanos que luchan por la misma causa. Desde la República Dominicana y Haití tratan varias veces de ir a Cuba sin éxito.


Junto con el General Máximo Gómez el 25 de marzo Martí firma el “Manifiesto de Montecristi”. El General Máximo Gómez y otros militares le piden que regrese a Nueva York desde donde debe dirigir la Guerra de Independencia, José Martí se niega a regresar y junto con el General continúa tratando de ir a Cuba.


Abril 1 salen hacia Cuba, el capitán de la goleta los traiciona en Inagua. Regresan a Cabo Haitiano en el barco alemán “Norstrand”. Acuerdan con el capitán de este vapor que los deje en alta mar cerca de Cuba.


Abril 9, 12:45 PM, Martí, Gómez y otros en Cabo Haitiano se embarcan en el “Norstrand”. Abril 11, sale el vapor “Norstrand” de Inagua...


Viaje de Martí, Gómez y acompañantes a bordo del Norstrand. Localización de Playitas en Cuba.



11 Abril. - bote... Salimos a las 11. Pasamos (4) rozando a Maisí, y vemos la farola. Yo en el puente. A las 7 1/2 oscuridad. Movimiento a bordo. Capitán conmovido. Bajan el bote. Llueve grueso al arrancar. Rumbamos mal. Ideas diversas y revueltas en el bote. Más chubasco. El timón se pierde. Fijamos rumbo. Llevo el remo de proa. Salas rema seguido. Paquito Borrero y el General ayudan de popa. Nos ceñimos los revólvers. Rumbo al abra. La luna asoma, roja, bajo una nube. Arribamos a una playa de piedras, La Playita, (al pié de Cajobabo.) Me quedo en el bote el último vaciándolo. Salto. Dicha grande. Viramos el bote, y el garrafón de agua. Bebemos Málaga. Arriba por piedras, espinas y cenegal. Oímos ruido, y preparamos, cerca de una talanquera. Ladeando un sitio, llegamos a una casa. Dormimos cerca, por el suelo.




Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 199-200 nos describe “Martí y Gómez en Cabo Haitiano”:


“José Martí fue durante su vida un elaborador de la gloria, porque nadie gustó del desasimiento útil y redentor con más dulzura y templanza que él. Amó el sacrificio. Jamás olvidó que la gloria, para ser alcanzada con justicia plena, había de ser amasada por el esfuerzo arduo. ¿Quién se mantuvo con mayor firmeza que Martí ante la adversidad? ¿Quién afrontó con mayor empeño que él los azares y quebrantos propios de la humana existencia?


“Las jornadas de Martí para llegar a Cuba cuando sonó la hora de reanudar la lucha por la independencia fueron prueba acabada de cómo sabía el enfrentarse al peligro y vencer todo genero de obstáculos. Su pensamiento de dirigirse a su patria desde suelo antillano, como para ofrecer testimonio de su amor a la compenetración de los hermanos de la América Latina, lo condujo a su arribo a playas cubanas en términos riesgosos. En Santo Domingo se unió al mayor general Máximo Gómez. Ambos próceres poseían entereza y decisión bastantes para no sentirse arredrados en presencia del infortunio.


“Martí y Gómez, con Francisco Borrero, Angel Guerra, Cesar Salas y Marcos del Rosario, partieron de Montecristi el 1° de abril de 1895. Al cabo de una semana de peripecias y contratiempos, a bordo de un vapor frutero que tomaron en Inagua, en 6 de abril llegaron a Cabo Haitiano. Aquellos momentos fueron de una significación singular. La presencia de los patriotas cubanos, en actitud dudosa para los enemigos de la independencia, podía provocar medidas coercitivas por parte de las autoridades de Cabo Haitiano. Era menester conducirse allí con extremada cautela.


“El Apóstol y el Generalísimo habían convenido con el capitán del buque frutero tomado en Inagua mantenerse sigilosamente en Cabo Haitiano, en atención a los peligros apuntados. Tan luego como llegaron a aquel puerto ellos y sus compañeros desembarcaron y se dispersaron por la población. La misteriosa estada de los próceres allí duró cuatro días. El 9 fueron noticiados de que debían reembarcarse aquella noche, como, en efecto, lo hicieron, para hallarse al amanecer del 11 de nuevo en Inagua y por la noche en tierra cubana. ¡Riesgosa y dura peregrinación! Todo ello era un sacrificio más en abono de la gloria labrada por quien con su esfuerzo, su predicación y su amor procuró la liberación del suelo nativo.”


Playitas es una pequeña playa en la costa sur del Municipio de Baracoa en la provincia de Oriente. El poblado más cercano es Cajobabo a unos dos y medio kilómetros. Este pueblo está en la margen este del río por el mismo nombre.


El acceso a Playitas es relativamente difícil. De ancho tiene apenas unos doscientos metros y de profundidad, es en forma “U” o herradura, unos cincuenta. A poca distancia del fondo de la playa se eleva un farallón de unos sesenta metros de altura.


Rafael Lubian y Arias en “Martí en los Campos de Cuba Libre” publicado en 1953, explica las últimas frases de diario de Martí de aquel 11 de abril:


“Viran el bote y el garrafón de agua. Varan el bote. Ya en tierra el General Gómez se arrodilla y besa la tierra, imitándolo Marcos del Rosario. Beben málaga. Están empapados. Después de un momento breve de descanso se echan toda la carga encima: el armamento, 2,000 tiros y un saco con queso y galletas. Tratan de salir lo más pronto posible de ese lugar. Saltan unas rocas que hay a la derecha de la playita y pasan a otro lugar más amplio y emprenden el camino con todo sigilo.


“Suben por un camino muy malo de piedras, espinares y ciénagas. La marcha la van haciendo a tientas. Máximo Gómez consulta su brújula y señala la marcha rumbo al Norte. No se sospechan siquiera en la zona en que están. Brilla en lo alto la luna y en su marcha, al fin, topan con una talanquera. Han oído el canto de un gallo. ¡Han llegado a Cajobabo!”


De acuerdo a la obra de Rafael Lubian y Arias en 1922 la "Comisión Histórica", presidida por el señor Arturo R. de Carricarte visitó Playitas y “se señaló el sitio con un block de cemento.


“Más tarde, por patriótico esfuerzo del señor Carricarte, se realizó la erección de una tarja de mármol en ese sitio, siendo incrustada en un marco de cemento. Tiene esta tarja cerca de 16 pies de altura, y en su centro, en relieve, asoma la proa de un bote, y hacia la izquierda, debajo de una antorcha que simboliza a Martí, dice:


"De pueblo en pueblo, de tribuna en tribuna, y de alma en alma, predicó la guerra necesaria, que desencadenó con su palabra y fecundó con su sacrificio. La fe y el amor fueron sus armas de combate; se dio entero a Cuba, y cuando lleno de ella cayó crucificado en "Dos Ríos" se trasmutó en Gólgota y su nombre en el "Cristo de la Patria".


“En la parte derecha y debajo de una espada que simboliza a Máximo Gómez, dice:


“"Fue el primer guerrero de la década iniciada por Céspedes el 10 de Octubre de 1868, y el genio director de la última y definitiva lucha por la independencia.


“En los pinos de Baire, enseñó a los cubanos a escribir con su resolución el prólogo de las hazañas del machete. Palo Seco y las Guásimas, Mal tiempo y Juan Criollo, consagraron al Héroe.


“En la paz que siguió al Zanjón, como reanudase el combate después de 1895, fue emblema de esperanza, bandera de guerra, augurio de victoria.


“Grande por la virtud y el carácter, más grande aún por la abnegación y el desinterés. Cuba venera y recuerda al glorioso dominicano, llamado por su nombre de pila, "El Libertador".”


Luis Rodríguez-Embil en “José Martí, el santo de América” de la Imprenta P. Fernández y Cia, 1941, páginas 247-248 nos presenta los datos ya conocidos de los eventos del Norstrand y el desembarco en Playitas con bellas palabras:


“Quedan solos los expedicionarios detenidos en Inagua, sin Capitán ni tripulación. Mas en el mismo día, el 5 de abril, preséntales el destino una ocasión nueva: trátase esta vez de un vapor alemán que carga frutas y se dirige a Haití. El cónsul de ese país ayuda a los cubanos a obtener del Capitán que les admita a bordo en calidad de pasajeros, y los deje, en un bote, a su regreso, en las cercanías de Cuba. Se cierra el trato por mil pesos, salen los expedicionarios finalmente le Inagua. El vapor se llama "Nordstrand".


“Al caer la noche del día 11 de abril de 1895, los ojos humedecidos de Martí y de sus acompañantes aciertan a distinguir los montes que sobresalen de la tierra cubana. Aguardan, con emoción recóndita, con angustia impaciente, callada. El barco avanza lento. Desátase una tempestad, ya a pocas millas de tierra, tan fuerte, que aconseja el propio Capitán aguardar mejor tiempo. Mas la hora ha sonado, y el General Gómez ordena desembarcar contra viento y marea. Se arroja el bote al agua, y en el bote un saco que contiene queso y galletas. Desembarcan, con peligro, al hacerlo, de hundirse, los expedicionarios, en la estela del buque mismo. Pasa el peligro; el General toma el timón en sus manos. Martí rema a proa. Vigila Borrero.


“De pronto, quedan al garete en la noche ya cerrada, bajo la lluvia recia: una oleada ha arrebatado al General el timón; es sustituido éste por uno de los remos. Mas no saben ya, en medio del negror de la noche, qué rumbo los conduce, hasta que la lluvia va amainando y se acierta a distinguir, en la oscuridad, vagas luces costeñas. Dirígense a ellas. Bogan ahora a la luz lechosa de la luna, que ha aparecido al cabo. Y, de pronto también, sienten chocar el bote contra rocas.


“¡Alegría inenarrable, contenida, de llegar! Están junto a una reducida playa arenosa. Logran en breve atracar el bote a la orilla desierta. Y saltan a tierra, primero el General, que la besa, Martí, los demás luego. Al cielo, aclarado, alza Martí los ojos oscuros, silencioso; no saben los demás si en acción de gracias o en invocación sin palabras a lo Desconocido...


“Después desembarcan los pertrechos de guerra. Y, sin perder tiempo, se ponen en marcha. Gómez ha observado y apuntado "lo radiante de orgullo y complacencia" que Martí adelanta. "La dicha -escribió después Martí- era el único sentimiento que nos poseía..."”


Martí provee una buena explicación de los sucesos del desembarco en Playitas y los días antes y después en su carta a Gonzalo de Quesada y Benjamín Guerra, escrita el día 15 de abril cuando ya se encuentran en plena marcha.



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Última Revisión: 25 de Septiembre del 2007
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