Damisela Mujeres en los Versos Libres de José Martí.

José Martí - Versos Libres - Mujeres. Bandera de Cuba.

Versos Libres
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Al Buen Pedro
A Los Espacios...
A mi Alma
Amor de Ciudad Grande
Árbol de mi Alma
Astro Puro
Banquete de Tiranos
Canto de Otoño
Canto Religioso
Con Letras de Astros
Copa Ciclópea
Copa con Alas
Crin Hirsuta
Cuentan que antaño
El Padre Suizo
En torno al mármol rojo
Estrofa Nueva
Flor de Hielo
Flores del Cielo
He vivido: me he muerto
Hierro
Homagno
Isla Famosa
La Poesía es Sagrada
Luz de Luna
Mantilla Andaluza
Media Noche
Mi Poesía
Mis versos son revueltos
Mujeres
Noche de Mayo
Nó, música tenaz...
Odio el Mar
¡Oh Margarita!
Poeta
Poética
Pollice Verso
Pomona
Pórtico
Sed de Belleza
Yo sacaré...
Yugo y Estrella


José Martí
Versos Libres
Mujeres



MUJERES

I

Esta, es rubia, ésa, oscura; aquélla, extraña
Mujer de ojos de mar y cejas negras;
Y una cual palma egipcia, alta y solemne,
Y otra como un canario gorjeadora.
Pasan y muerden; los cabellos luengos
Echan, como una red; como un juguete
La lánguida beldad ponen al labio
Castro y febril del amador que a un templo
Con menos devoción que al cuerpo llega
De la mujer amada; ella, sin velos
Yace, y a su merced! él, castro y mudo,
En la inflamada sombra alza dichoso
Como un manto imperial de luz de aurora.
Cual un pájaro loco en tanto ausente
En frágil rama y en menudas flores,
De la mujer el alma travesea.
Noble furor enciende al sacerdote,
Y a la insensata, contra el ara augusta
Como una copa de cristal rompiera.
Pájaros, sólo pájaros: el alma
Su ardiente amor reserva al universo.

II

Vino hirviente es amor: del vaso afuera,
Echa, brillando al sol, la alegre espuma,
Y en sus claras burbujas, desmayados
Cuerpos, rizosos niños, cenadores
Fragantes y amistosas alamedas
Y juguetones ciervos se retratan.
De joyas, de esmeraldas, de rubíes,
De ónices y turquesas y del duro
Diamante, al fuego eterno derretidos,
Se hace el vino satánico. Mañana
El vaso sin ventura que lo tuvo,
Cual comido de hienas, y espantosa
Lava mordente, se verá quemado.

III

Bien duerma, bien despierte, bien recline,
-Aunque no lo reclino-bien de hinojos,
Ante un niño que juega el cuerpo doble,
Que no se doble a viles ni a tiranos,
Siento que siempre estoy en pie. Si suelo,
Cual del niño en los rizos suele el aire
Benigno, en los piadosos labios tristes
Dejar que vuele una sonrisa, es cierto
Que así, sépalo el mozo, así sonríen
Cuantos nobles y crédulos buscaron
El sol eterno en la belleza humana.
Sólo hay un vaso que la sed apague
De hermosura y amor: Naturaleza
Abrazos deleitosos, híbleos besos
A sus amantes pródiga regala.

IV

Para que el hombre los tallara, puso
El monte y el volcán Naturaleza;
El mar, para que el hombre ver pudiese
Que era menor que su cerebro; en horno
Igual, sol, aire y hombres elabora.
Porque los dome, el pecho al hombre inunda
Con pardos brutos y con torvas fieras.
¡Y el hombre no alza el monte; no en el libre
Aire ni el sol magnífico se trueca,
Y en sus manos sin honra, a las sensuales
Bestias del pecho el corazón ofrece.
A los pies de la esclava vencedora
El hombre yace deshonrado, muerto.





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Última Revisión: 1 de Septiembre del 2007
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