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José Martí |
El Jurado Federal |
Cartas de José Martí |
De acuerdo a Gonzalo de Quesada y Miranda en el Tomo I de sus “Obras Completas de Martí”, 1936, página 83: |
“Estas dos cartas, publicadas en El Jurado Federal de Madrid, corresponden a la polémica que sostuvieron Martí y el patriota cubano Carlos Sauvalle, desde las columnas del ya citado diario, con el periódico La Prensa, del cual era director Leopoldo de Alba Salcedo, quien acusaba a los cubanos residentes en la capital española de "filibusteros que pidiendo reformas y reformas alientan y protegen las esperanzas separatistas".” |
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Madrid, Septiembre 17, 1871. |
Sr. Director de “El Jurado Federal”.
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Rogamos a Vd. la inserción en su apreciable periódico del adjunto comunicado que dirigimos al señor Director de La Prensa, por lo cual le damos anticipadas gracias.
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Varios cubanos. |
Al Sr. Director de “La Prensa”.
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Señor Director: Dispense Vd. si la Sociedad anónima, como Vd. llama a los que justamente rechazan sus calumnias, se dirige a Vd., al contestarle el articulito que le dedica en el número 8 de su liberal periódico, porque como no viene firmado, Vd. es el responsable de lo que en él se publique.
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Sentado esto, diremos muy pocas palabras. Se le ha preguntado a Vd. que diga de una manera clara y terminante donde están esos círculos organizados del filibusterismo en Madrid, y quienes son los filibusteros que a ellos concurren, y Vd. nada ha respondido a eso, escapándose por la tangente, citándonos versitos que nos prueban sus conocimientos literarios, pero que no vienen al caso, y sigue guardando un silencio poco galante, a la verdad, y que da a entender que es Vd. muy discreto, si puede llamarse discreción al hecho de quedar callado en cosas que pueden perjudicar a terceros, y sobre todo, que no hay buena fe de su parte, porque, o lo que Vd. ha dicho es cierto o no; si lo es, debe probarlo; si no lo hace, podemos decirle que calumnia.
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Desengáñese Vd., carísimo y bien intencionado amigo, mientras no responda claro, mientras no prueben que existen esos círculos conspiradores, y diga quienes a ellos concurren, estamos autorizados todos los cubanos residentes en Madrid, llámenos Vd. Sociedad anónima, o como quiera, para decirle, con harto sentimiento, que no ha dicho la verdad, que no ha obrado con lealtad, obedeciendo a instrucciones y sugestiones que no queremos calificar, y que por último, es Vd. un calumniador, si no prueba repetimos, los asertos de su artículo, que como ya hemos indicado, pugna y está en contradicción con los párrafos del que salió a luz en el número... del diario que Vd. dirige.
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Si quiere Vd. saber quienes son los autores, tanto de la anterior como de la presente contestación, haga Vd. lo que nosotros tuvimos que hacer para saber quien escribió el artículo contestado, que fue averiguarlo.
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Nosotros le facilitaremos el trabajo. Diríjase a la redacción de El Jurado; tómese ese trabajo, que algo se ha de hacer por satisfacer la curiosidad, y allí sabrá que no son anónimos.
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En cuanto a si sabemos o no escribir, diremos a Vd. que ninguna pretensión tenemos de saberlo hacer, y por tanto no nos ofende el que no nos tengan por escritores. Eso se quedaría para el erudito señor a quien tenemos el gusto de dirigirnos, que si recuerda los versitos de un fabulista, debe recordar aquellos de otro no menos entendido escritor:
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Pedancio: a los botarates
Que te ayudan en las obras,
No los mimes, ni los trates;
Tú te bastas y te sobras
Para decir disparates.
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Varios cubanos. |
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(Madrid, Septiembre 22, 1871)
| Sr. Director de “El Jurado Federal”.
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Muy señor mío y de toda mi consideración: Molestamos a Vd. rogándole se sirva insertar en su periódico, que tanto afecto nos merece, nuestras últimas palabras en una cuestión que el insulto ha impedido seguir haciendo pública.
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Y al ocupar de nuevo a Vd. queremos que conste el respeto que guardamos a los principios de verdad y justicia que defiende, y nuestra gratitud por la bondad con que ha prestado sus columnas a la rectificación de unos asertos falsos e indignos.
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Son de Vd. afectísimos S. S.
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Carlos Sauvalle | José Martí |
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Breves han de ser las frases que por última vez en esta cuestión vamos a decir. Breves. La Prensa ha elegido una conducta que nuestra honra nos veda seguir en el terreno público.
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Un instante no más de atención.
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En El Jurado Federal apareció un segundo comunicado que suscriben varios cubanos, en el que, pensando aun en la hidalguía de La Prensa, le participaban que sus nombres estaban a su disposición en la redacción de aquel digno periódico.
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Y dos individuos, redactores de La Prensa, fueron a la redacción de El Jurado y reclamaron nuestros nombres, que habíamos suplicado fuesen entregados a quien los reclamasen, y se les entregaron, y al día siguiente aparecieron indignamente ofendidos en el periódico reclamador.
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Nosotros no comentamos esto, no lo podemos comentar. La Prensa hace pública una cuestión que ella mismo hizo personal. Nosotros, en casos como este, no sabemos más que levantar la frente tan alta como nos lo demanda inflexiblemente nuestro honor.
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Nos detendremos, sin embargo, aun, y muy a nuestro pesar, en deshacer la más falsa apreciación.
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Sociedad anónima llama La Prensa a los suscritores del comunicado. ¡Sociedad anónima! y tiene nuestros nombres. ¡Sociedad anónima! y los conoce y los publica. No es Sociedad anónima la que escribe artículos cuyos firmantes sostienen y repiten cuanto el amor a la verdad y la justicia les hizo una vez decir.
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La Prensa ha publicado nuestros nombres. Nosotros sabemos el nombre de aquél a quien uno de los comunicados llamó calumniador, del desventurado autor del artículo primero que ha originado esta cuestión.
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Lo sabemos y lo callamos. Nuestros nombres no se escriben al lado de un triste, manchado con la sentencia de un tribunal por delito común, por delito en causa de negros que, por lo que tiene de repelente en sí, es el más repugnante de todos los delitos.
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La intención extraviada del artículo, el tamaño de las letras con que escribe nuestros nombres, dicen bien claro lo que el periódico es, lo que el periódico merece, lo que el periódico se propone. Hace bien en odiarnos La Prensa.
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Con los tribunales nos amenaza La Prensa. Si a ellos acude, ellos dirán a La Prensa que se debe al honor y al respeto público; nosotros hemos acudido ya al tribunal que nuestra conciencia nos dictaba.
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Y nada más para el dominio público; que en todo conocen y cumplen sus deberes.
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José Martí | Carlos Sauvalle |
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