. . .La creadora de belleza que ha concebido estas rimas |
extrañas, de gracia intensa y ubérrimo colorido, es una |
de las figuras más gallardas y complejas de nuestra |
lírica actual. No es la suya un alma puramente senti- |
mental, de esas que sufren el contagio de la ajena |
angustia, ni su arte fruto no más del subjetivismo que |
encanta y conmueve; su poesía ofrece por igual las |
íntimas exhalaciones del alma humana y de la natura- |
leza, convertidas en imágenes de alto sentimiento esté- |
tico. Su talento musical y su virtuosa imaginación apa- |
recen de consuno hasta en sus más pequeñas manifes- |
taciones de arte, |
. |
. . .¿ No percibís la frescura y el juvenil perfume que |
emanan de este título: CANTOS DE LA MAÑANA ? |
. |
. . .¿ No os place la harmonía de ese frágil heptasílabo |
que acusa jovialidad ? |
. |
. . .Tal delicadeza innata en la poetisa hace pendant con |
su léxico florido. Luego, la amplitud del concepto y la |
belleza plástica, que caracterizan á la poesía moderna |
y revelan al verdadero poeta, coexisten en estas estro- |
fas donde el hábil é inquieto numen de la artista juega |
á la originalidad en períodos de elegante construcción, |
á veces mórbidos y atormentados, más siempre ricos de |
fausto y sonoridad. Porque si bien Delmira Agustini |
gusta dotar á sus versos de una grande alma peregrina |
como la suya, no olvida, por eso, el encanto de la dic- |
ción ni el sortilegio del ritmo que tan bellas cosas |
sugiere á los espíritus contemplativos de nuestra época. |
. |
. . .En CANTOS DE LA MAÑANA, como en EL LIBRO BLANCO: |
su hermano mayor que tantos lauros conquistó entre los |
literatos hispanoamericanos (1), hay veriedad de moti- |
vos y matices. De ahí la complejidad de esta gran Ele- |
gida que florece en nuestro ambiente como una orquí- |
dea en un vasto jardín inundado de rosas. |
. |
. . .El verslibrismo de algunas de las composiciones que |
constituyen este opúsculo es harmonioso y personal, sin |
caer en el abismo de la extravagancia á que están |
expuestos los que creen hallar en él hondos veneros |
de originalidad. Las alas y ¡Vida! son creaciones que |
confirman ese concepto: el verso es suave y á la vez |
vigoroso, y su sentido profundo y original. |
. |
. . .Los verslibristas contemporáneos se distinguen por sus |
estrofas monorrimas y sus cláusulas hiperbóreas. Y eso |
se explica porque el verso libre, no obstante su abso- |
luta libertad, resulta aún más difícil para el poeta-or- |
febre que odia las asonancias y ama hasta el paroxismo |
el sereno desgranamiento de sus rimas. |
. |
. . .Delmira Agustini, que ha ensayado con felicidad todas |
las combinaciones métricas, maneja admirablemente el |
verso libre, melodizándolo, y engrandeciendo en ideas |
lo que le métrica y la rima restringen al pensador. |
Pero donde más se luce su maravillosa intuición de |
artista es en el dominio del soberbio alejandrino. Leed |
La barca milagrosa y Supremo idilio, boceto este último |
que es todo un suntuoso poema en que impera el pen- |
samiento y fluye la melodía fresca y jocunda como el |
cristal de un río... Los hemistiquios de ese poema son |
tan perfectos y han sido cincelados con tal primor que |
concretan la consagración de su autora. |
. |
. . .Yo no encuentro entre las poetisas autóctonas de |
América una sola comparable á ella por su originalidad |
de buena cepa y por la arrogancia viril de sus cantos. |
Otras hay, más dadas á la poesía amatoria y madriga- |
lesca, que me halagan el espíritu y dejan en el fondo |
de mi corazón una estela de dulzuras infinitas. Pero el |
poeta debe cantarlo todo: un paisaje, un idilio, la ale- |
gría de las mañanas primaverales saturadas de perfu- |
mes y la insondable tristeza del invierno que todo lo |
arropa en su vellorí de brumas. Y, como no ha de |
seguir una pauta en sus inquietas lucubraciones ni ha |
de ceñirse á normas preestablecidas, su emotividad y su |
genio creador exhiben sus desnudeces y exaltan la vida. |
Porque el poeta es ante todo un sublime exaltador y |
no un pasivo observador de las cosas. |
. |
. . .Delmira Agustini, que ha cantado con el mismo afecto |
sus paisajes interiores y todo aquello de la naturaleza |
que ha arrancado zalemas á su espíritu soñador, ha in- |
terpretado fielmente el divino evangelio del POETA. |
. |
. . .La lectura de estos cantos coleccionados precipitada- |
mente y sin previo examen, dirá al lector cuál ha sido |
hasta hoy la modalidad de la elocuente poetisa, ya que |
ella, antes de iniciar una nueva etapa literaria, ha que- |
rido dar al público, á manera de ofrenda, la última flo- |
ración de su primer ciclo artístico. |
. |
. . .¿ Qué tendencia ó qué credo sustentará mañana ? |
. |
. . .De renovación, sin duda. Porque quien no ha ido á |
beber inspiración en las fuentes de los maestros no vol- |
verá á los modelos de viejos clásicos que imponen las |
academias, sino que traerá en sus alforjas nuevas for- |
mas y modulaciones gratas que dirán del proceso evo- |
lutivo de su arte y señalarán una nueva orientación |
poética. |
. |
PÉREZ Y CURIS. |
. |
Montevideo, Enero de 1910. |