EL SURTIDOR DE ORO
en Los Cálices Vacíos (Poesías)
por Delmira Agustini



EL SURTIDOR DE ORO

. . . .Vibre, mi musa, el surtidor de oro
La taza rosa de tu boca en besos;
De las espumas armoniosas surja
Vivo, supremo, misterioso, eterno,
El amante ideal, el esculpido
En prodigios de almas y de cuerpos;
Debe ser vivo á fuerza de soñado,
Que sangre y alma se me va en los sueños;
Ha de nacer á deslumbrar la Vida,
Y ha de ser un dios nuevo!
Las culebras azules de sus venas
Se nutren de milagro en mi cerebro...
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* * *
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. . . .Selle, mi musa, el surtidor de oro
La taza rosa de tu boca en besos;
El amante ideal, el esculpido
En prodigios de almas y de cuerpos,
Arraigando las uñas extrahumanas
En mi carne, solloza en mis ensueños:
-Yo no quiero más Vida que tu vida,
Son en tí los supremos elementos;
Déjame bajo el cielo de tu alma,
En la cálida tierra de tu cuerpo!-
- Selle, mi musa, el surtidor de oro
La taza rosa de tu boca en besos!



Esta poesía es presentada aquí lo más fiel posible a como aparece en las páginas 29 y 30 del libro Los Cálices Vacíos (Poesías) editado por O. M. Bertani en 1913.


Información acerca del poema EL SURTIDOR DE ORO




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Delmira Agustini
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Última Revisión: 22 de Mayo del 2001 Todos los Derechos Reservados
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