. . . .Eros, yo quiero guiarte, Padre ciego... |
Pido a tus manos todopoderosas, |
Su cuerpo excelso derramado en fuego |
Sobre mi cuerpo desmayado en rosas! |
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. . . .La eléctrica corola que hoy desplego |
Brinda el nectario de un jardín de Esposas; |
Para sus buitres en mi carne entrego |
Todo un enjambre de palomas rosas! |
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. . . .Da a las dos sierpes de su abrazo, crueles, |
Mi gran tallo febril... Absintio, mieles, |
Viérteme de sus venas, de su boca... |
¡ Así tendida soy un surco ardiente, |
Donde puede nutrirse la simiente, |
De otra Estirpe sublimemente loca ! |