| . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . |
| . |
| . . . .Mi musa tomó un día la placentera ruta |
| De los campos fragantes; ornada de alboholes, |
| Perfumando sus labios en la miel de la fruta |
| Y dorando su cuerpo al fuego de los soles, |
| . |
| . . . .Vivió como una ninfa: desnuda, en fresca gruta, |
| Engalanando espejos de lagos tornasoles |
| La gran garza rosada de su forma impoluta. |
| Volvió a mí como el oro de luz de los crisoles, |
| . |
| . . . .Más pura; los cabellos emperlados de gotas |
| Lucientes y prendidos de abrojos; trajo notas |
| De pájaro silvestre, más frescura y más fuego... |
| Yo peinéla y vestíla sus parisianas galas, |
| Y ella hoy grave pasea por mis brillantes salas |
| Un gran aire salvaje y un perfume de espliego. |