| . . . .Yo la quiero cambiante, misteriosa y compleja; |
| Con dos ojos de abismo que se vuelvan fanales; |
| En su boca, una fruta perfumada y bermeja |
| Que destile más miel que los rubios panales, |
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| . . . .A veces nos asalte un aguijón de abeja; |
| Una raptos feroces a gestos imperiales |
| Y sorprenda en su risa el dolor de una queja; |
| En sus manos asombren caricias y puñales! |
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| . . . .Y que vibre, y desmaye, y llore, y ruja, y cante, |
| Y sea águila, tigre, paloma en un instante, |
| Que el Universo quepa en sus ansias divinas; |
| Tenga una voz que hiele, que suspenda, que inflame, |
| Y una frente que erguida su corona reclame |
| De rosas, de diamantes, de estrellas o de espinas! |