. . . .La luna es pálida y triste, la luna es exangüe y yerta. |
La media luna figúraseme un suave perfil de muerta... |
Yo que prefiero a la insigne palidez encarecida |
De todas las perlas árabes, la rosa recién abierta, |
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. . . .En un rincón del terruño con el color de la vida, |
Adoro esa luna pálida, adoro esa faz de muerta ! |
Y en el altar de las noches, como una flor encendida |
Y ebria de extraños perfumes, mi alma la inciensa rendida. |
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. . . .Yo sé de labios marchitos en la blasfemia y el vino, |
Que besan tras de la orgía sus huellas en el camino; |
Locos que mueren besando su imagen en lagos yertos... |
Porque ella es luz de inocencia, porque a esa luz misteriosa |
Alumbran las cosas blancas, se ponen blancas las cosas, |
Y hasta las almas más negras toman clarores inciertos ! |