¡ Venga febril el impalpable sueño ! |
¡ Venga incorpórea la visión fantástica ! |
Vengan trayendo el néctar del delirio |
En opalinas, irisadas ánforas ! |
. |
Vengan, sí, vengan mis ensueños leves, |
Los de las vestes de brumosas gasas; |
Los que en el oro de sus rizos nievan |
Copos de orquídeas enfermizas, pálidas ! |
. |
Vengan, sí, vengan mis visiones regias, |
Las de las bocas de rubí y de llama, |
Las que en las ondas negras de sus rizos |
Tejen espumas de camelias blancas ! |
. |
Vengan ahora mis fantasmas tétricos. |
De ojos cansados como enfermas almas; |
Los de las hondas, lívidas ojeras, |
Plomizos labios y pesadas alas; |
Los que sus frentes de marfil coronan |
Con negras flores de una selva extraña ! |
. |
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . |
. |
Venga, sí, venga el impalpable ensueño. |
Venga, sí, venga la visión fantástica, |
Vengan trayendo el néctar del delirio |
En opalinas, irisadas ánforas. |
. |
Vengan y empapen los resecos labios |
En la ambrosía que Quimera escancia. |
¡ Arda la fiebre del delirio al choque |
De una mirada de sus ojos ascuas ! |
. |
Y entre las rojas llamas del incendio |
Tienda su vuelo misterioso el alma, |
Llegue febril al encantado reino |
De fantasía, la divina maga ! |
. |
Reino feliz donde se ignora el Tiempo, |
Donde no alcanza la verdad amarga; |
Ni el que labra los surcos en los rostros, |
Ni la que hunde sus garras en las almas ! |
. |
Reino feliz donde los sueños tienen |
Lagos de luz para bañar sus alas, |
Donde hay estrellas de fulgores negros, |
Donde hay abismos de gargantas blancas ! |
. |
Reino feliz, en cuyos lagos de oro |
Hundir quisiera eternamente el alma, |
Vivir allá la vagarosa vida |
De los ensueños de impalpables alas, |
Sin el espectro destructor del Tiempo, |
Sin el fantasma eterno del mañana; |
Vida incorpórea, irrealizable, única, |
Vida de ensueños, ilusión, fantasmas ! |
. |
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . |
. |
Venga febril, el impalpable ensueño ! |
Venga incorpórea la visión fantástica, |
Vengan trayendo el néctar del delirio |
En opalinas, irisadas ánforas ! |
Vengan y empapen los resecos labios |
En la ambrosía que Quimera escancia ! |