| . . . .Entré temblando a la gruta |
| Misteriosa cuya puerta |
| Cubre una mámpara hirsuta |
| De cardos y de cicuta. |
| Crucé temblando la incierta |
| . |
| . . . .Sombra de una galería |
| En que acechar parecía |
| La guadaña de la muerte. |
| - El Miedo erguido blandía |
| Como un triunfo mi alma fuerte. - |
| . |
| . . . .Un roce de terciopelo |
| Siento en el rostro, en la mano. |
| - Arañas tendiendo un velo - |
| ¡ A cada paso en el suelo |
| Siento que aplasto un gusano ! |
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| . . . .A una vaga luz de plata, |
| En cámara misteriosa, |
| Mi fiera boca escarlata |
| Besó la olímpica nata |
| Del albo pie de la diosa ! |
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| . . . .- Brillante como una estrella, |
| La diosa nubla su rara |
| Faz enigmática y bella, |
| Con densa gasa: sin ella |
| Dicen que el verla cegara - |
| . |
| . . . .Ebrio de ensueños, del hada, |
| - Es hada y diosa - y la helada |
| Luz de su mística estancia, |
| Alzo mi copa labrada |
| Y digo trémulo: Escancia ! |
| . |
| . . . .Con sus dedos sibilinos |
| Como un enigma que inspira, |
| En cien vasos opalinos |
| Escancióme raros vinos |
| A la sombra de una lira... |
| . |
| . . . .Un verde licor violento |
| Tras cuyos almos delirios |
| Acecha un diablo sangriento; |
| Otro color pensamiento |
| Con sueños a luz de cirios... |
| . |
| . . . .Y nobles zumos añejos |
| Con la fuerza de lo puro, |
| Vinos nuevos con reflejos |
| Imprevistos y los dejos |
| De un sumo néctar futuro. |
| . |
| . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . |
| . |
| . . . .Y gusté todos los vinos |
| De la maga, todos finos |
| Y - ¡ oh Dios !- de distintos modos, |
| Todos deliciosos, bellos !... |
| La maga dijo: - ¿ Cuál de ellos ?...- |
| - Poned un poco de todos ! |