FANTASMAS
de Delmira Agustini
en Los Astros del Abismo



FANTASMAS

      Célicas legiones de hadas vaporosas
En vaivén gracioso van y van pasando;
Son las ilusiones tenues, sonrosadas,
Son los sueños níveos, impalpables, diáfanos.
Llegan a mi oído y al pasar se inclinan
Himnos de esperanza quedo susurrando;
       Son las ilusiones,
       Los ensueños blancos,
Que entre frescas rosas y espumosos lirios
       En bajel dorado,
       Suaves nos deslizan
A través del mundo, ¡piélago encrespado!
       Arrojando flores
Sobre los escollos que encuentran al paso!

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

       Son las ilusiones,
       Los ensueños blancos,
       Son los campañeros,
Los amigos dulces de los pocos años.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

       Son las ilusiones,
       Los ensueños blancos.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Los celestes bandos de hadas vaporosas
En vaivén gracioso van y van pasando,
       Himnos de esperanza
       Quedo susurrando.
       Son las ilusiones,
       Los ensueños blancos

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Pero, ¡cosas extraña! Mis risueñas hadas
Las pupilas ígneas abren con espanto.
       Aterrados huyen
       Los alegres bandos...
Siento frío... tiemblo... Junto a mí se yergue
       Un fantasma raro,
De pupilas negras, insondables, duras,
De ambarino cutis y terrosos labios.
       Cúbrelo un esposo,
       Renegrido manto.
Todo en él es frío, ¡ hasta de sus ojos
       El fulgor extraño !
Fuego incomprensible, que cegando hiela;
Fuego inexplicable, que deslumbra enfriando;
Viene a mí, se inclina; sus pupilas negras
       Sobre mí ha fijado.
       Mi aterido cuerpo
Tiembla y se contrae en terrible espasmo.
El fantasma oprime mi marmórea frente
       Con su dedo helado;
Y fijando ahora su mirada dura
En mis níveos sueños que ya están lejanos,
       Con desprecio y odio
Agitado mueve los terrosos labios
       Luego a mí se vuelve
Y hacia sí me atrae en estrecho abrazo;
A mi oído acerca su nerviosa boca,
Con acento intenso, convincente, trágico,
-¡¡¡Mienten!!! -dice-¡¡¡Mienten!!! -Luego me abandona
       Y se va, dejando
       en mi frente, impresa,
La invisible huella de su dedo helado!

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

       ¡Pobres ilusiones!
       ¡Pobres sueños blancos!

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

       Ha pasado el tiempo
       Sobre mí; los años
       Con profundas huellas
       Marcaron su paso,
       Y jamás han vuelto
Ni las ilusiones, ni los sueños blancos.
       ¡Pobres ilusiones!
       ¡Pobres sueños blancos!
Es que aquel fantasma demacrado y frío
       Era el Desengaño;
Y al tocar mi frente dejó en ella impresa
La indeleble huella de su dedo helado!

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

       ¡Pobres ilusiones!
       ¡Pobres sueños blancos!



Esta poesía es presentada aquí lo más fiel posible a como aparece en el libro Los Astros del Abismo editado por Maximino García en 1924.


Información acerca del poema FANTASMAS




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Última Revisión: 1 de Enero del 2004

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