Cuando el nimbo de la gloria resplandece en vuestras frentes,
Veis que en pos de vuestros pasos van dos sombras que inclementes
Sin desmayos ni fatigas os persiguen con afán;
Son la envidia y la calumnia, dos hermanas maldecidas,
Siempre juntas van y vienen por la fiebre consumidas,
Impotentes y orgullosas - son dos sierpes venenosas
Cuya mísera ponzoña sólo a ellas causa mal.
Alevosas y siniestras cuando tratan de atacaros,
Temerosas de la lumbre, siempre buscan el misterio.
Mas, burlaos de sus iras: ¡nada pueden! y el artista
Tiene un arma irresistible para ellas: ¡el desprecio! |
|