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Preguntas y Respuestas


La Cubanidad
Literatura Cubana

¿Qué es la cubanidad? Esta pregunta por muchos años tortura a los cubanos. Los extranjeros la notan en la Literatura Cubana y en general en la forma de ser de muchos cubanos pero los cubanos, aun cuando en sus obras se nota, no logran identificarla. No hace mucho algunos escritores la trataron de emplear como una peculiaridad única de los cubanos para promover sus obras. No tardó mucho en que otros, también cubanos, los acusaran de emplear esta palabra como táctica comercial.


Hace pocos años una amiga nuestra nos preguntó nuestra opinión acerca de la cubanidad. Nosotros no somos maestros de literatura, de lo cual estamos muy contentos porque hay veces las cosas se aprecian mejor por su fondo que por su técnica, pero con mucho gusto le respondimos ya que ella conocía nuestras limitaciones. En aquel momento, como se diría en otros tiempos, escribiendo como fluye la tinta, nuestra respuesta fue algo así como la cubanidad es una locura entre ceja y ceja que tal vez no tenga sentido y aunque puede tener serias consecuencias hay que hacerla. Locuras como levantarle el batilongo al rey infante a ver si de verdad es niño porque es tan bonito que parece niña o con un revolver 38 irle a tirar tiros a un acorazado americano anclado en la bahía de La Habana. Estas son cosas típicas cubanas que ya sucedieron.


Definitivamente nuestros ejemplos son consecuencias del hecho de ser cubano pero no son la razón del por qué somos como somos. Lo cual no es tan fácil ver mientras estamos entre nosotros aunque es muy cierto que ya en la Web han salido algunas “Pruebas de Cubanidad” que aunque son sátiras a las “Pruebas de Ciudadanía Americana” y a la propia “Cubanidad”, nos dan pruebas más ciertas que todas las excusas literarias que hemos leído hasta ahora son sólo eso, excusas. ¿Desea ver la cubanidad en todo su esplendor? Vaya a Hialeah. Pero es esa, una vez más, sus consecuencias o la cubanidad en acción.


De acuerdo al Dr. Ramón Grau San Martín, presidente de Cuba en dos ocasiones (1933-1934 y 1944-1948), la cubanidad es “Amor”. Grau fue un buen presidente que supo mantener la ecuanimidad durante su primera presidencia, lo cual no fue nada fácil. Muy querido y reconocido por todos los cubanos que vivieron durante su segunda presidencia por las muchas leyes justas que aprobó. No sabemos con exactitud a que matiz de ese “Amor” se refería del Dr. Grau con respecto a la cubanidad ya que también algunas de sus frases favoritas eran “las mujeres mandan” y “Gobernar es distribuir” y sus dos presidencias se caracterizan por la gran paciencia y tolerancia que tuvo con la juventud cubana. ¿Estaba describiendo la cubanidad o estaba empleando el vocablo para cimentar su filosofía en las raíces de la República? Definitivamente Grau fue un buen hombre de gran sabiduría y un honor cubano el tenerlo entre nuestros presidentes y ese “Amor” hay que tenerlo en cuenta cuando tratamos con la cubanidad.


Un concepto que hemos visto ser defendido como cubanidad es el uso de palabras creadas y significados añadidos a otras por el habla común en Cuba. Eso no es cubanidad, sino cubanismos. Es natural en todos los pueblos de América, y tal vez de algunas regiones en la propia España, este efecto de crear sinónimos locales. A esto se le llama costumbrismos. Por cierto el “criollismo” no es sólo cubano y aunque ciertos críticos aun lo emplean para describir el español de las Américas, realmente es el español de los hijos de españoles en todo el mundo.


Lo mismo aplica al efecto de que en Cuba en el habla popular se omita la última o primera sílaba de muchas palabras. En vez de “para” se diga “pa” y en vez de “aca” se diga “ca”; creándose frases como “ven pa ca” y “ve pa lla” en vez de “ven para aca” y “ve para allá”. Vagancias que no tienen nada de que deberíamos estar orgullosos, aunque, es cierto que le dan un bello matiz a la conversación menuda.


Entonces están aquellos que se creen que porque halagan al presidente o dictador de turno, o sus ideologías, son más cubanos que nadie. No, eso no es cubanidad, eso es ser chicharrón, por no decir otra cosa. Buenos ejemplos de estos los tenemos pero no vamos a entrar en esos detalles porque a fin de cuentas, a cada persona se le debe ser respetado el derecho de expresar sus pensamientos. El tiempo ya se encargará de depurar a esos autores en este grupo. Los que despellejan están en el mismo grupo que los que halagan.


Cubanidad es más que una definición literaria, es gran parte de nuestra cultura. En sus consecuencias se nota el ser diferente, pero no por ser diferente, sino por tratar de lograr ese deseo interno que todos tenemos. ¿Locura? en muchos casos no cabe dudas, porque hay que tratar de lograrlo a toda costa. No copiarse de nadie, y mucho menos cuando el ejemplo no es perfecto, que claro, nunca lo es. Aquí entra el deseo de superarse, tratar de llevar las cosas al próximo nivel o plano.


Otra consecuencia es la alegría. Aun en los momentos más adversos de nuestras vidas no perder la chispa, claro, amargados los hay en todas partes y entre los cubanos tenemos unos cuantos. Ocurrente, bueno, eso puede ser considerado parte de la alegría o de la chispa que no se puede apagar.


En conclusión la cubanidad es nuestra crianza. Lo que por muchos años, realmente siglos, las madres cubanas se han esmerado en enseñarle a sus hijos que es lo aceptable y admirable en una persona. Los padres cubanos también han hecho una gran labor, al igual que los compañeros de escuela, en ayudar a crear esa personalidad que en muchos se destaca. En los últimos años se ha destapado una guerra civil ideológica entre nosotros los cubanos y muchos de los patrones han cambiado. Sin embargo, hay algo que permanece. El amor y dedicación de las madres cubanas, que se trasmite al género masculino y a los compañeros escolares, continúa tal y como ha sido durante toda la historia de Cuba. Ese amor nunca será defraudado y aquello que con tanto cariño fue enseñado, de una forma u otra, será logrado.




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Última Revisión: 1 de Marzo del 2006
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