El portador de esta carta, Camilo Borrero, va en la delicada comisión de recibir ahí de Vd. y traer en persona, las comunicaciones de Cuba, que, según se nos anuncia por aviso de ayer, deben llegar ahí en estos días, y nos son inmediatamente necesarias. Tan pronto como las reciba Vd., según está acordado con los comunicantes, pone en camino de vuelta a Borrero, que para mayor sigilo debe venir por tierra, y no por mar, y por consiguiente necesita, al retornar, venir de prisa. Vd. tendrá la bondad de alojarlo donde no llame de ningún modo la atención, por el breve espacio de tiempo que supongo habrá de esperar ahí. Camilo Borrero es buen cubano, y en él no hallará Vd. dificultad.
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